(eso: entrega final)

15:47:00


.reflexión
Para la entrega final lo que se buscó fue realizar un trabajo de edición mas minucioso, tratando de lograr tensión tanto desde la imagen como desde el sonido, éste como una parte esencial de la cosa. 
Al principio del vídeo escuchamos los sonidos propios del transporte, luego éstos comienzan a superponerse -añadiéndo chirridos agudos, arranque de motores- aumentando su nivel cada vez más llegando al punto de ser molestos, casi saturados.
Desde la  primera mirada comienza la extrañeza: es violenta y continua e intercepta directamente al protagonista. Ya desde el comienzo se ve lo improbable. La situación persiste hasta el punto de que él no puede soportar las miradas, llega al final del vagón aparentemente sin salida y vemos como última imagen su rostro perturbado.
Una de las decisiones que decidimos tomar fue eliminar todo dialogo aparente y dejar que el espectador construya su propio mensaje de manera más ambigua: ¿qué es eso que tiene el personaje que lo convierte en objeto de observación? o más bien, ¿el problema es el o los pasajeros?
En fin, creo que fue una experiencia súper interesante el filmar en un transporte público, a pesar de las dificultades que éste conlleva -imposibilidad de controlar fuentes lumínicas, personas indeseadas en plano, movimiento propio del subte- creo que es una locación que funciona para mostrar eso que irrumpe en la cotidianidad y que perturba a los pasajeros -después de tantas horas de filmar bajo tierra, se sentía como estar en un mundo paralelo- y, como grupo, mantuvimos nuestra idea muy clara desde un principio, así que todo este proceso nos ayudó a procesarla, retocarla y concebirla de la manera que creímos más adecuada.


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